Montado al Harley cruzó al más allá, Por esa ruta que apenas se divisa. Y en su guitarra que no para de sonar Vibra su alma que siempre estará viva. Cerveza fresca para su sed Por esa ciénaga de macadam, Quién eres tú, forastero? Bienvenido al mundo nuevo! Reciban los dioses a nuestro rey de la guitarra Y concédanle una autopista de fuego, Que su espíritu no para de cantar Y a lo alto viajo por su sueño. Quién espera el tren de las 16? Quién se divierte andando en Cadillac? Sucio y desprolijo, el brujo y el tiempo En sus ruedas de metal.