Estaba comiendo un taco en ese pueblo de Tula cuando pasó bien sentada una muchacha en su mula. Rápido que suelto el taco dije buenas tardes, chula y me contestó sonriendo: se refiere a mí o a la mula. Claro que le digo a usted no sea tan rejega, chula a menos que usted se sienta menos chula que la mula. Que mula tan chula, y que chula tan mula yo ya no regreso para ese pueblo de Tula. Ahora cuando miro a cualquier muchacha montando una mula ya ni de relajo digo respetuoso buenas tardes chula. Porque me recuerda lo que me dijeron una tarde en Tula que si saludaba a una mula chula o a una chula mula.