Tango Recien lo comprendo, tengo tibio el hombro, de tu pelo lacio, madrugado a besos, y una pena sorda, que me crece adento, de esperar en vano, por otro regreso. dijiste,!ya vuelvo!, y los ojos mansos, se te humedecieron, por que en tanto tiempo, uno corre sueños, madura esperanza, y cuando la alcanza, ya tiene un recuerdo. bis Asi, que esta noche, siguiendo el latido, de mi corazón, te pido que vuelvas, para que charlemos, de aquel casi amor, y me des el gusto, como a buen amigo, de decirte!adios!, acaso, charlando, podremos mi vida, hacer que nos duela, que nos duela menos, menos, esta herida, que sangra en los dos.