Acabo de darme cuenta que no soy el dueño de mi verdad. De lo que digo, pienso y sueño solo creo la mitad. Espero estar a tu lado cuando el mundo empiece a despegar. Si algo más nos falla y me matan, voy a encontrarte en la eternidad. Y despertarte de la soledad, y decirte que nada era cierto, que todo en la vida se puede cambiar. En libertad. Todavía me queman esos ojos como el sol. Y a fin de cuentas no sé para que sigo escapando de este infierno interior. Y despertarte de la soledad, y decirte que nada era cierto, que todo en la vida se puede cambiar. Y reservarte ese lugar ahí, donde nadie es dueño del poder. No existen fronteras, no hay dioses, ni fe... En libertad.