El desierto del Sahara está más cerca de mis labios que tus besos, y el mercado de Estambul. Las mezquitas de la India están más cerca de mis dedos que tu cuerpo, y la noche en Katmandú. Mujer que no tendré, que no adivinarás mis buenas luces. Mujer que no tendré, que nunca sufrirás mis malos ratos. Los danzones de Santiago están más cerca de mi ritmo que tus piernas, las terrazas de Madrid. Los almendros de Tejeda están más cerca de mis sabios que tu escuela, el lugar que nunca vi. Mujer que no tendré, que no adivinarás mis buenas luces. Mujer que no tendré, que nunca sufrirás mis malos ratos. Mujer que no tendré, que no adivinarás mis buenas luces. Mujer que no tendré, que nunca sufrirás mis malos ratos.