Y en la madrugá se encendió mi estrella, Cuando más te amaba más brillaba ella, Te entregué mi alma aquella madrugá. La luz de la mañana puso en mí, La dulce sensación de respirarte, El tiempo siempre cura la razón, Y ahora puedo recordarte sin dañarme. La luz de la mañana puso en mí, La intensa sensación de ir a buscarte, El tiempo fue calmando aquel adiós, Y ahora puedo enamorarme y no equivocarme. Callejuelas en silencio y el aroma de tu encuentro, Van tejiendo los momentos donde habita la emoción, Sin hablar nos entendemos sin guardarnos los secretos, Sin mostrar rencor nos habló el corazón. Y en la madrugá se encendió mi estrella, Cuando más te amaba más brillaba ella, Te entregué mi alma aquella madrugá. Y en la madrugá se encendió mi estrella, Cuando más te amaba más brillaba ella, Te entregué mi alma aquella madrugá. La luz de la mañana puso en ti, La intensa fantasía de reconquistarme, Los besos tienen su propio lenguaje, Y este beso es para amarte y perdonarte. En la plaza del deseo prometimos mil te quieros, Sin tenerle miedo al miedo, sin dudar del desamor, Y en la fuente de los sueños que se cumplen sin tenerlos, Te di mi corazón y mi promesa de amor. Y en la madrugá se encendió mi estrella, Cuando más te amaba más brillaba ella, Te entregué mi alma aquella madrugá. Y en la madrugá se encendió mi estrella, Cuando más te amaba más brillaba ella, Te entregué mi alma aquella madrugá.