En Durango comenzó Su carrera de bandido En cada golpe que daba Se hacía el desaparecido. Al llegar a La Laguna Tomó estación de Horizontes Desde entonces lo seguían Por los pueblos y los montes. Pero un día allá en el noroeste, Entre Tirso y La Boquilla, Se encontraban acampadas Las fuerzas de Pancho Villa. Gritaba Francisco Villa: -Yo el miedo no lo conozco. ¡Que viva Pancho I. Madero! ¡Que muera Pascual Orozco! Gritaba Francisco Villa En su caballo tordillo -En las bolsas traigo pesos Y en la cintura casquillos.- ¿Dónde estás Francisco Villa? General tan afamado! Que los hicistes correr A todos como venados. Ya con ésta ahi me despido A la sombra de un durazno Aquí termino cantando El corrido de Durango.