Mujer, mujer divina, Tienes el veneno que fascina En tu mirar. Mujer, alabastrina, Eres vibración de sonatina pasional. Tienes el perfume de un naranjo en flor, El altivo porte de una majestad. Sabes de los filtros que hay en el amor Tienes el hechizo de la liviandad. La divina magia de un atardecer Y la maravilla de la inspiración. Tienes en el ritmo de tu ser Todo el palpitar de una canción, Eres la razón de mi existir, mujer. La divina magia de un atardecer Y la maravilla de la inspiración. Tienes en el ritmo de tu ser Todo el palpitar de una canción, Eres la razón de mi existir, mujer.