Una calle de París no es tan sólo oro lo que allí perdí. Una apuesta al corazón, nunca juegues si sólo queda tu honor. Y ahora hay una habitación con un cuadro y un colchón. Una calle de París, su recuerdo todo lo que conseguí, el adiós de una mujer se llevó la paga, el vino y el placer. Y en mi vieja habitación hay cortinas para que no entre el sol. La noche se llevó los cuadros, la cordura y la fe. Y nunca más se vió salir ningún color de mi pincel. El cuadro que pinté con tu sonrisa y que nunca acabé quegó en la habitación y nunca más se vio. Una calle de París me recuerda todo aquello que no fuí el final de una ilusión en la noche en que París se estremeció. Y ahora hay una habitación con un cuadro y un colchón.