Donde me empuje el agua me iré, donde me lleve, siguiendo el curso raudo y tenaz de la corriente. Lo digo porque he vivido de la humedad y el rocío y aprende el que tiene un río a dominar su barquito. Lo digo porque he vivido la falsedad de unos besos apurados, pasajeros, como que quieren volar y amores que me hacen mal y me confunden por eso. Lo digo porque es el precio de amar sin topes ni bridas, jugándome la corrida detrás de un cabello suelto. Lo digo porque el misterio no me fatiga ni engaña, donde la tarde se empaña una la sonrisa me vence, me posa sobre la frente y a poco a poco la calma. Lo sé porque he sido preso de la ternura y la risa fui llevado por la risa mucho más lejos que el cielo, luego se me fue el anhelo colgado de unos aretes girando, girando como juguetes de los designios del alma... Y me quedé sin la maña para salvarme y quererte...