Remángate la fe, prepara el equipaje, y deja sembrao pal perro del ganao, pa sus dientes, que busquen valientes la hiel del venao. Entre inocentes, mordaces y mordientes, replanto la miel, las caricias de ayer, los empachos, de frases de guachos que lloran por ser. Reconocidos entre todos los mordidos, entre quienes la fe les deshizo también de sus nombres, de aquello que a un hombre le marca la piel. Le marca la piel de tanto morder le marca también las ansias por ser Por ser quien tenga voz entre tanto devoto, el que sepa callar cuando no haya que hablar, el que deje las puertas abiertas por volverla a ver. Por creer Por creer en vida, en cuentos, en poesías, en estrellas de mar que abandonan la sal pa instalarse, en pechos de amantes que nunca vendrán. Y mientras tanto, me cuentan los hidalgos que los locos de atar de la barra del bar un día al menos, fueron pregoneros del mismo cantar.