Caminabas junto a mí por el centro de Madrid. Ya casi era el alba. Un momento, nada más, te reflejaste en el cristal de una tienda cerrada. Fue sin querer que recordé que el día en que te conocí de lejos te escuché decir "Alguien que me cuide". Caminando junto a ti, amanecía ya en Madrid por la calle La Palma. Fue sin querer que te besé. Y al besarte todo mi mundo volvió a desordenarse, como antes. Al besarte todo mi mundo volvió a desintegrarse, como antes. Como antes.