(recitado) Se alargan las graves cadencias de un tango, un místico soplo recorre el salón... Y rezan las tristes princesas del fango plegarias que se alzan desde un bandoneón. Mi copa es tu copa, bebamos, amiga, el bello topacio del mágico alcohol. La sed que yo tengo me quema la vida, bebiendo descansa mi enorme dolor. Tu rubio cabello, tu piel de azucena, tu largo vestido de seda y de tul, me alegran los ojos, me borran las penas, me envuelven el alma en un sueño azul. Princesa del fango, bailemos un tango... ¿No ves que estoy triste, que llora mi voz? Princesa del fango, hermosa y coqueta... yo soy un poeta que muere de amor. Me siento esta noche más triste que nunca me ronda un oscuro fantasma de amor por eso es que quiero matar su recuerdo ahogando mi angustia, con tangos y alcohol. Yo sé que si miente tu boca pintada, esconde un amargo cansancio fatal. Tu alma y mi alma están amarradas lloramos el mismo dolor de arrabal.