Te quise acariciar tan débilmente que me colgué un clavel en la cintura para que me naciera la ternura en el mismo lugar de poseerte. Me quise contener y de repente se me apagó el clavel en un exceso y te bordé la boca sobre el beso con la rudeza que el amor desprende. Y te voy a amar y a combinar a mi manera y te voy a dar la libertad de las mareas para ganar tu orilla con mi mano y detenerte en el verano apenas. Y te voy a amar en la bondad y en la fiereza con la fugaz complicidad de las estrellas de tus caderas a mis labios nuestra ternura se hizo acaso cierta. Te quise convencer tan brevemente desde un par de caricias trasnochadas y se quedó el amor sobre la almohada jadeando de pasión por conocerte. Me quise contener y de repente me desperté anhelante de suspiros y te abracé urgente de cariño ya como el más febril adolescente.