Como imitando al hornero hice un ranchito de barro, donde abrigo a mis cachorros y a la mujer que venero. Tiene los cuatro esquineros rodeado de amor materno, me costó varios inviernos, con otros tantos veranos, porque lo han hecho estas manos será que tanto lo quiero. He visto dentrar mil soles, he visto llegar mil noches, sin protestas ni reproches, siempre pegado al adobe. Bien haiga mi suerte pobre, trabajar de enero a enero, con pacencia y con esmero, con cariño y con amor, hice un ranchito cantor, igualito que el hornero. Lindo es ver al pajarito cuando comienza su nido, va volido tras volido recorriendo los charquitos, llevando barro en el pico trabaja sin descansar, ansi tuve yo que andar como pájaro barrero, si pa ser como el hornero sólo me falta volar. No cuento lo que he sufrido porque el techo está primero, si trabajé cual hornero, para levantar mi nido, es un deber que he cumplido, puedo decirlo orgulloso, y si hoy de esa dicha gozo, sólo me resta pedir, que Dios me deje vivir pa ver mis hijos mozos.