Mister Jones abrió la puerta, vio a su madre recién muerta y la sangre del chaleco se limpió. Guardó a su madre en el ropero, le pusó más leña al fuego y el invierno muy crudo se avecinó. Llamó a su esposa y le dijo: Mamá esta muerta en el ropero; por supuesto, si yo la asesiné. Ella puso mal la mesa, le hundí un hacha en la cabeza y la sangre el tapizado me manchó. Y Mister Jones trabajaba y su esposa asesinaba y los chicos correteaban por ahí. Se comían los pajaritos, los perros y los gatitos y otros bichos que vagaban por ahí. Y llegó la policía con dos carros y un tranvía para toda la familia encarcelar. Yo no sé por qué el sargento me lleva al destacamento si somos una familia muy normal, si somos una familia muy normal, si somos una familia muy normal.