Durmiendo la siesta, bailando en la fiesta, nadando en el mar, fumando después del café, fumando después de, después de la tarde. Cuando se enciende la noche en el monte, cuando cruzamos mi ciudad en coche, mientras que suena el casset... te con su voz ronca de Jac... ques Brel. Mirarme en tus ojos, oírte charlar, dejar que me peines en vez de pensar, dejarme abrazar por cualquiera, que sepa mentirme, que bese con fuerza. Volver a tus brazos, sentir tu rechazo, gritar hasta quedarme afónica, llorar hasta que me entre la sed, beberme un buen vino y poderme comer un bistec a la plancha. Dormir cien mil horas, soñar que me quieres y no hacerme daño el pellizco, volver a encontrarte a mi lado, volver a abrazarte y desayunarte, esto sí que es arte.