Recorrió largo tiempo en su reloj. Peleó para ser lo que es hoy. Luchador, testarudo y cómo no cariñoso y tierno como yo. Sin pensar me enseñaba a reaccionar al calor de su lumbre y su voz. Un bastón le ayudaba a caminar, pero él era duro como yo. Y el camino acabó. Su mirada dulce y gris voló. Y su luz se apagó como la llama del candil que hace tiempo ardió. Y su voz susurraba y susurraba "liberadme de todo el dolor". Una vez de pequeño me cantó la canción que de niño aprendió. Carcajadas comenzaron a sonar, porque él era alegre como yo. Y él nos dijo adiós. Va a reunirse pronto con su dios. Y su luz se apagó como la llama del candil que hace tiempo ardió. Y su voz susurraba y susurraba "liberadme de todo el dolor