Con la nariz entre tus ojos y entre un pulmón y otro pulmón el corazón y los congojos todos en reunión. Con tus orejas en las manos voy ensenandole a Van Gogh como mejora el resultado cuando lo hacen dos. Siempre los cariñitos me han parecido una mariconez y ahora hablo contigo en diminutivo con nombres de pastel. Y aunque intente guardar la ropa al mismo tiempo que nadar me he resignado a ir en pelotas mientras dure el mar. Yo que de estas estampas me limitaba a hacer colección me hago un llavero con el fichero con una condición: El dia que tengas ojos rojos y me estornude la nariz vamos hacer lo que podamos por cenar perdiz quedate en Madrid.