Mano abierta con los hombres, querendón con las mujeres, tengo dos pasiones bravas: el tapete y el champán... Berretín con la milonga, metejón con los placeres, unas veces ando pato y otras veces soy bacán. ¿Qué querés que le haga, hermano? ¡Si es regalo del destino! ¡Si el afán de hacer el paco nunca ha sido mi virtud! Me electrizan las burbujas y los ojos femeninos ¡desde aquellos dulces días de mi alegre juventud! Pero yo no me arrepiento de haber dado curso al vento que en la vida derroché. Tuve todo lo que quise... y hasta lo que yo no quiero la cuestión que disfruté. Mi conducta fue serena, yo fui pródigo en la buena y en la mala me encogí. Fui magnate y vagabundo y hoy lo sobré tanto al mundo que le puedo dar changüí. Si unas manos me fallaron, otras fueron más cordiales, unos labios fueron dulces, otras veces como hiel, pero siempre tuve agallas pa' capear los temporales y de lobo, entre los zorros, al pasar hice cartel. Qué querés que le haga, hermano, si nací pa' morir pobre, con un tango entre los labios y en un tute entreverao. Juego, canto, bebo, río... y aunque no me quede un cobre, al sonar la última hora... ¡que me quiten lo bailao!