Si tus ojitos fueran aceitunitas verdes, toda la noche estaría muele que muele. Me senté en un claro del tiempo y era un remanso de silencio, de un blanco silencio, anillo formidable donde los luceros chocaban con los doce mágicos números negros. Tormenta de verano dicen que eres mis amigos, mis miedos y mis mujeres. Y yo les digo que el invierno que viene yo estaré contigo. Y to' el que diga que mi gente tiene la sangre dormía, no ha escucha'o una guitarra tocando por bulerías.