A veces cuando el sol levanta el vuelo remuevo la esperanza y miro adentro y entre mi corazón y la añoranza sólo dormita un charco de aguacero. Detrás de la mirada salta un sueño que sin querer se agita en la garganta una carrera ciega hasta tu cuello un tropiezo que rompe la balanza. No habrá razón que guarda el equilibrio cuando la ausencia llora en los sentidos cuando la soledad es un gran pino que crece en un jardín de blancos lirios. No habrá más que gritar contra el silencio cuando me invade el pecho la llovizna y aunque tu luz no fuera ya la misma y me quede de pie donde aún te espero. A veces cuando el mar nos alcanza y tan sólo el rocio moja el suelo un pájaro veloz recorre el cielo y crece con el tiempo la distancia, y crece, con el tiempo la distancia. No habrá razón que guarde el equilibrio cuando la ausencia llora en los sentidos cuando la soledad es un gran pino que crece en un jardín de blancos lirios. No habrá más que gritar contra el silencio cuando me invade el pecho la llovizna y aunque tu luz no fuera ya la misma y me quede de pie donde aún te espero. Remuevo la esperanza y miro adentro cuando la pena oprime la garganta detrás de la mirada salta un sueño y aunque llueva en la calle el viento canta. A veces cuando el mar nos alcanza y tan solo el rocío moja el suelo un pájaro veloz recorre el cielo y crece con el tiempo la distancia, y crece, con el tiempo la distancia. Que la belleza te elija que la bondad te defina por siempre, la felicidad conserve en tí esa sonrisa.