(Cada vez que te veo la enagua rota, el cosito del medio se me alborota.) Mi vida, mi mamá, me mando un día, mi vida y a soplar la cafetera. Mi vida yo por ser muchacho diablo, mi vida, me sople la cocinera. Mi vida, mi mama, me mando un día. La cocinera sí, en la cocina, me sople la sirvienta 'entro 'e una tina. La cocinera mi alma, en la cocina. Dentro de una tina, sí, el niño infame, también me habían seguido para azotarme. Si no es por el tejado, me había azotado.