Por un poco de amor... te di mi vida, por un poco de fe, te di mi sueño. No puedo darte más aunque me empeño, si hasta en tu misma piel hay sangre mía. Pude darte mi pena, y no hizo falta, porque antes de quererla habías tomado... tu pena con mi pena habías mezclado, y con eso cerraste tu garganta. Me dio mucha tristeza recordarte que entre tu ser y el mío... hay un abismo. Tu sonreíste desde el vientre mismo, y desde el vientre comencé a adorarte. Por eso, por un poco de amor te dí mi vida, por un poco de fe te dí mis sueños. ¡No puedo darte más!, aunque me empeño, si hasta en tu misma piel hay sangre mía...