En el borde del camino hay una silla la rapiña merodea aquel lugar. La casaca del amigo esta tendida el amigo no se sienta a descansar. Sus zapatos de gastados son espejos que le queman la garganta con el sol y a través de su cansancio pasa un viejo que le seca con la sombra el sudor. En la punta del amor viaja el amigo en la punta más aguda que hay que ver. Esa punta que lo mismo cava en tierra que en las ruinas, que en un rastro de mujer. Es por eso que es soldado y es amante es por eso que es madera y es metal es por eso que lo mismo siembra rosas que razones de bandera y arsenal. El que tenga una canción tendrá tormenta el que tenga compañía, soledad. El que siga un buen camino tendrá sillas peligrosas que lo inviten a parar. Pero vale la canción buena tormenta y la compañía vale soledad siempre vale la agonía de la prisa aunque se llene de sillas la verdad.