Esta mañana muy tempranito cuándo me iba a trabajar sentí la puerta, alguien llamaba a esa hora, quién me podría buscar? Era el cartero, que me traía un telegrama muy especial Y tembloroso lleno de miedo lo fui abriendo, y lo pude comprobar Un telegrama de despido y como un niño me puse a llorar... Como si fuera un desperdicio, un trapo viejo así me echaban a la calle sin dudar A quién le importa el sufrimiento si en la estadística, solo soy uno mas. Como le explico a mi familia quizás mañana pueda faltar el pan Son veinte años, casi una vida que a esa familia le regalé pero parece que nada cuenta así dice este papel...