Querer a veces duele, aunque él te quiere a ti un día nublado, cuando no está aquí y tal vez, su ausencia marca el día, de nostalgia lo pintó. La vida se vistió de maravillas con su voz, la existencia suya, ya a tu vida la cambió olvidas que algún día estuviste triste, suspirabas por algo más. Se acabó un vacío cuando nos encontramos, y se abrió una puerta cuando nos acercamos. Dos soledades son ninguna. Por algo pasan las desgracias que puedes contar, te enseñan a vivir y apreciar a los demas. Te dicen, ¿ves? Sigues vivo y hasta este dolor se olvidará. Sabes que a su lado puedes ser mucho mejor. Empiezas otra vida, aunque nada se olvidó. Juntas van, tejiendo alegrías a su alrededor. Se acabó un vacío cuando nos encontramos, y se abrió una puerta cuando nos acercamos. Dos soledades son ninguna. Y llenamos al mundo de felicidad.