Indignado por el odio que me diste tan fulero, francamente estoy cabrero y jamás lo olvidaré. Y una noche embabicado te juré que te quería, mucho más que al alma mía y a mi madre también. Te acoplaste al cotorro (Gardel dice "te acoplastes") de este bate arrabalero y te juro hasta ligero por tenerte se volvió. Se acabaron las verseadas de mi numen peregrino, si era el verso mas divino, ya parte mi corazón. En mis noches de lirismo por los tristes arrabales rimetear los madrigales que a tu lado deshojé. Puse vida en cada estrofa, mi amor, mi paz y ventura y la inefable ternura de tu alma de mujer. Cuántas noches en mi rante bulincito de poeta una lágrima indiscreta furtivamente cayó. Pensé que fueras el verso mas intenso de mi vida porque aún sangra la herida que tu espiante me causó. Ya que sabes el secreto de lo mucho que he sufrido, decíme quién te ha querido con mas intensa pasión y del fondo de tu alma silenciosa, cruel y cruda, ley entre verdad desnuda te dirá: "este chabón". En mis noches de lirismo por los tristes arrabales rimetear los madrigales que a tu lado deshojé. Puse vida en cada estrofa, mi amor, mi paz y ventura y la inefable ternura de tu alma de mujer.