Hay un castillo en España al cual sólo ruinas le quedan en pie, y se cuenta que ronda por él un fantasma más grande que un buey. Ante tan negra leyenda cualquiera que tenga sentido común, a deshoras escapa veloz, o el gigante lo pesca, y ¡adiós! No hay turistas nocturnos allí, mas a media noche de un viernes yo fuí ... Apareció en un rincón. Taca taca tín, dándole al tacón, chiquilicuatro y pelón, era bailarín de lo más chambón. Pero sin volúmen para horrorizar resulto fantasma de publicidad! Viendo mi ceño fruncido aquel mequetrefe me hizo notar cinco siglos de tal soledad que aburrido le dió por bailar. Jura que en tiempos de Moros él era un gigante terrible de ver, más la dieta lo hizo encoger (en las ruinas no hay que comer). Solicita con gran humildad otras viejas ruinas de más calidad ... Hay que esperar la ocasión Taca taca tín, siguele al tacón, aunque como bailarín taca taca tá no será mejor. ¡Pero en chimoltretas de imaginación eso de fantasmas aquí terminó!