El hombre del mañana El del ayer del siempre Guardaba en su garganta la simiente El hombre y su guitarra Revolución a cuestas No sabe que le aguarda y desespera El hombre, el compañero Depredador de tanto Vuelve a inventar el sueño con su canto El hombre, el aguerrido Decide abrir las alas Perdiéndose en el limbo de otra sala El hombre que se abraza Y asume a la pelea Descubre la distancia hasta esta tierra El hombre que se busca Y logra dar consigo Prefiere dar a luz a lo sentido