Flor marchita, flor enferma, flor del lujo y del placer. Sos la linda vampiresa y la pálida princesa de aquel verso de Musset. Sos la diosa, sos la reina del lujoso cabaret. Sin embargo tu alegría es la enferma risa fria, de una anémica mujer. Como aquella mariposa que a la luz volando va, tus alitas se quemaron entre sedas y champán. Por tus locos desvaríos cuantas noches llorarás, recordando a tu viejita y hasta aquel humilde hogar. Quien te quiere, quien te ama, flor caida del rosal, vuelve pronto a tu casita, donde está tu madrecita que te llora sin cesar. Alma triste, alma errante, quien te empuja a lo fatal, hoy tu madre te reclama y con lagrimas te llama, cuando, cuando volverás. Bis III y IV