He aprendido de la muerte que valen más los veteranos que los héroes. De los llantos conjuntos, las heridas abiertas de los que se quedan solos. Lo que no he aprendido es a volar sin ti ni a pelear contigo. No me ha dado tiempo... A ser tú enemigo. Y es que no me acostumbro a ese no poder llorar, ni al café del tanatorio. Tristes noches sin brisa: estrenando traje, despidiendo así a la vida. Y es que no me acostumbro a pelear sin ti ni a pelear contigo. No he tenido tiempo... De ser tú enemigo. Yo no quiero esa espina, que te deja cojo cada vez que alguien termina... Prisioneros del tiempo, del polvo venimos y como polvo nos iremos. Y yo que nunca he querido enloquecer sin ti ni pelear contigo. No he querido tiempo...