Debutó en París la Flor de Estambul, comenzó a bailar y todo se quedó en silencio. Luz en tornasol, púrpura y añil, de su mano alada hasta la gracia de su pecho. ¿Y quién no da la vida por un sueño de diosa modelada por el genio? Ni favorita de sultán ni esclava en venta en la puerta de Oriente: ella es la estrella de "Pigalle", la danzarina que burló su suerte. ¿Y quién no da la vida por ser dueño del aire que se agita tras su velo? A conquistar la "tour Eiffel" pisando la soberbia de Occidente: esa es la estrella de "Pigalle", la danzarina que me hirió de muerte. ¿Y quién no da la vida por un sueño de diosa modelada por el genio?