La luna (...) a la noche, le va invitando al mundo a ser más dulce, pero no hay persuasión que la escuche en la eterna energía (...) de (...). El sol, acostumbrado ser el día, viene despreocupado a la ventana y, sin embargo, es noche todavía en los sueños que no duermo cuando se hace la mañana. Gloria a quien pugna hacia el dolor y gloria a los que permanecen. Gloria a la tierra bajo el sol de la vieja maldición.