Selva, noche, luna pena en el yerbal. El silencio vibra en la soledad y el latir del monte quiebra la quietud con el canto triste del pobre mensú. Yerba, verde, yerba en tu inmensidad quisiera perderme para descansar y en tus sombras frescas encontrar la miel que mitigue el surco del látigo cruel. Estribillo ¡Neike! ¡Neike! El grito del capanga va resonando. ¡Neike! ¡Neike! Fantasma de la noche que no acabó. Noche mala que camina hacia el alba de la esperanza, día bueno que forjarán los hombres de corazón. Rio, viejo río que bajando vas, quiero ir contigo en busca de hermandad, paz para mi tierra cada día más, roja con la sangre del pobre mensú.