Rama sonora, donde han brotado mis sueños: en tu tallo vengo a dejar el temblor de mi nostalgia. Quiero vivir en tu sentir de niña enamorada. Dulce guitarra, trasnochadora madera: las estrellas del alba dirán de que nunca te he olvidado. Gajo cantor, busco tu voz dolido y solitario. En tu boca se ha quedado hecha zamba, mi vida. Intimo ser, que has de volver en música perdida. Sola, muy sola, por huella desconocida mi guitarra triste andará en las noches del olvido, Mi alma entrará buscándola a todos los caminos. Hoja dorada del árbol de mi añoranza: por tu savia quiero subir a las flores del recuerdo. Tierra y raíz, lento sufrir, hundido en mi silencio.