Y me senté a escribir, con mucha paz y tiempo, hasta el olor de tu alma, me dejó aferrado a tus pies... quién decide quién sabe cuando el cielo se vuelve a oscurecer, y que me explique cómo, cómo volví a recordar... A los olvidados de ayer, a los que nada fueron, los que siempre son agujero, a esos que nadie les dio nada. Que fiel miedo tuve, que no se vuelva dolor, y que no llore justo ahora, que tengo enfrente a mi amor. Cuando la lenta realidad se alejaba de mis sueños, dejando atrás las promesas, sin cumplir por mil razones. Cuando la vida sigue su ruta, cuando el cuerpo no da más, me acerco suave hacia vos, a recordarme quien sos... Y empiezo a andar de nuevo, callado en puntas de pie, soltando velas al viento, sonriendo al fin sin temor. Y no es que sea tonto, no quiero en sí excusarme, yo solo quiero besarte, volver a verte reir...