Esa Colombina puso en sus ojeras humo de la hoguera de su corazón... Aquella marquesa de la risa loca se pintó la boca por besar a un clown. Cruza del palco hasta el coche la serpentina nerviosa y fina; como un pintoresco broche sobre la noche del Carnaval. Decime quién sos vos, decime dónde vas, alegre mascarita que me gritas al pasar: "-¿Qué hacés? ¿Me conocés? Adiós... Adiós... Adiós... ¡Yo soy la misteriosa mujercita que buscás!" -¡Sacate el antifaz! ¡Te quiero conocer! Tus ojos, por el corso, va buscando mi ansiedad. ¡Tu risa me hace mal! Mostrate como sos. ¡Detrás de tus desvíos todo el año es Carnaval! Con sonora burla truena la corneta de una pizpireta dama de organdí. Y entre grito y risa, linda maragata, jura que la mata la pasión por mí. Bajo los chuscos carteles pasan los fieles del dios jocundo y le va prendiendo al mundo sus cascabeles el Carnaval.