Y tal vez quieras quedarte, y no me quieras seguir. Pero, ¿a quién has de arrimarte? Me tienes tan solo a mí. A veces sigo a mi sombra, y a veces, viene detrás. Pobrecita, si me muero, ¿con quién va a andar? No es que se vuelque mi vino, lo derramo de intención. Mi sombra bebe, y la vida es de los dos. Achatadita y callada, ¿dónde podrás encontrar, una sombra compañera, que sufra igual? Sombrita, cuídame mucho, lo que tenga que dejar, cuando me moje hasta adentro, la oscuridad. Vaya la muerte trenzando de sus tientos el mejor, que para cortarle el lazo, estamos mi sombra y yo.