Dónde vas carrerito del este castigando tu yunta de ruanos, y mostrando en la chata celeste las dos iniciales pintadas a mano. Reluciendo la estrella de bronce claveteada en la suela de cuero, dónde vas carrerito del Once, cruzando ligero las calles del Sur. ¡Porteñito!... ¡Manoblanca!... Vamos ¡fuerza, que viene barranca! ¡Manoblanca!... ¡Porteñito! ¡Fuerza! ¡vamos, que falta un poquito! ¡Bueno! ¡bueno!... ¡Ya salimos!... Ahora sigan parejo otra vez, que esta noche me esperan sus ojos en la Avenida Centenera y Tabaré. Dónde vas carrerito porteño con tu chata flamante y coqueta, con los ojos cerrados de sueño y un gajo de ruda detrás de la oreja. El orgullo de ser bien querido se adivina en tu estrella de bronce, carrerito del barrio del Once que vuelves trotando para el corralón. ¡Bueno! ¡bueno!... ¡Ya salimos!... Ahora sigan parejo otra vez mientras sueño en los ojos aquellos de la Avenida Centenera y Tabaré.