Metida en su casita con su gorra y delantal estaba Doña Zorra ocupada en remendar, pero su teléfono no deja de llamar, y corre al audífono para preguntar: Riiing Riiing ¡Bueno, bueno, bueno! ¿Con quién quiere usted hablar? No, aquí no es estanquillo ni conozco a ese Pepillo al que quiere usted llamar. riiing riiing ¡Bueno, bueno, bueno! Ya me empiezo yo a cansar. Señor está usted equivocado, aquí vive Doña Zorra y sus zorritos nada más. Riiing Riiing ¡Bueno, bueno, bueno, bueno! ¿Qué me quiere usted decir? ¡Ay! ¿qué tal Doña Patita? ¡Qué milagro comadrita que se deje usted oir! Riiing Riiing ¡Bueno, bueno, bueno! la esperamos por aquí. Y así verá que mi zorrito el chimuelo y raboncito ya también sabe escribir. Riiing Riiing ¡Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno! ¡Le digo que aquí no es! A ver si se va usted fijando y cuando esté marcando no lo haga con los pies. Riiing Riiing Riiing Riiing Bueno, bueno, bueno, bueeeeeeeeno! ya no sea usted tan molón, aquí no es la comisaría, ni me improta si su tía se ha caído del camión.